Tras el Gran Premio de Australia, muchos se preguntarán el bajo rendimiento de McLaren-Honda. La distancia con los demás coches está a años luz. En la clasificación no pasaron de la Q1, y en carrera, Button acabó último y Magnussen rompió el motor en la vuelta de reconocimiento. McLaren está seguro de que Honda conseguirá crear un motor capaz de desafiar la hegemonía de Mercedes. Las posibles causas pueden ser: las fugas de agua y de aceite.
Uno de los grandes fallos que tuvo el motor Honda en la pretemporada, fue el excesivo número de fugas de agua y aceite, que obligaron a parar el programa de entrenamientos varias veces en las jornadas de tests. En la primera sesión de entrenamientos en Montmeló, los ingenieros descubrieron que uno de los sellos del MGU-K estaba mal diseñado. Por este motivo, el motor perdía una cantidad excesiva de energía. Acople de la unidad de potencia al chasis.
El MP4-30 es un coche revolucionario, y su chasis no podía ser menos. La parte trasera del monoplaza es muy pequeña y no se han visto problemas de refrigeración del motor, pero parece ser que este tamaño reducido produce contratiempos en el acople de la unidad de potencia. Honda no es capaz de encajar perfectamente la RA615H en el chasis, bajando el nivel de potencia que disponen los pilotos.
Llegados al Gran Premio de Australia, los ingenieros de Honda decidieron bajar las revoluciones máximas de la unidad de potencia por miedo a que algunas piezas sufriesen más de la cuenta cuando el motor se encontrase al nivel más alto de exigencia. Esto lo pudimos ver en el coche de Button, que al encontrarse en una de las rectas se quedaba estancado en la séptima marcha, sin subir el LED de revoluciones del cockpit.
Fuente: TheBestF1
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